jueves, 29 de septiembre de 2016

Día 29 - Dojo


TELEVISIÓN MENTAL
 Canal: historia para aficionados flipados.

En el siglo XVII se instauró en Japón una dictadura militar que duró más de doscientos años. El país hasta entonces se había visto envuelto en numerosas guerras civiles entre las diferentes familias de nobles. La figura del emperador es más antigua, pero se considera que su papel siempre fue más testimonial e incluso religioso. Durante esta gran dictadura el auténtico poder político residió en diferentes líderes militares que se fueron sucediendo en el tiempo. Es la conocida época Tokugawa. Lo interesante de esta época japonesa es que durante dos siglos reinó la paz más absoluta en el país. No hubo enfrentamientos dentro de las fronteras y tampoco fuera. La isla de Japón se aisló del mundo y se abasteció a sí misma.

Japón no es un país que me importe más que cualquier otro, pero tenemos que entender que esta situación histórica es, probablemente, única. Esta dictadura bicentenaria tiene unas consecuencias muy interesantes desde un punto de vista literario. Samuráis. Si los samuráis eran guerreros pertenecientes a un linaje y controlados por señores feudales, ¿qué les ocurrió durante esta larguísima época de paz? Para empezar, se cree que dejaron de lado el arco y empezaron a usar las katanas con más asiduidad. Tiene sentido. El arco es un arma más táctica, más propia de grandes batallas. En cambio la katana es un arma asesina, más propia de enfrentamientos pequeños. La paz también fue propicia para el número de mercenarios a sueldo. Los samuráis ya no eran tan valiosos para los grandes señores, imagino que muchos de ellos decidieron salir a buscarse la vida. Se trataba de los ronins. Samuráis sin señor. Aprended esta palabra porque es muy importante para mí. Ronin. Se cree que la mayoría eran bandidos y criminales, aunque algunos ilusos como yo soñamos con que no todos lo fueron.

El bushido, el código del samurái, también es una consecuencia de la época Tokugawa. Conforme las generaciones iban pasando, los guerreros desocupados se iban pervirtiendo. Es ahí donde alguien decide crear un código basado en el honor y la buena conducta. Este código para guerreros es, probablemente, único en la historia. Existió y se aplicó.

Los mitos y las leyendas son muy numerosas. La mayoría se basan en estos dos factores: ronins y bushido.

BLOG HABITUAL
Canal: sensacionalismo y narcisismo.

Los guerreros vagabundos sentimos una gran atracción por el horizonte. Nos gusta marcharnos con un simple adiós y salir a buscar más aventuras. Muchas veces se nos acusa de no inmiscuirnos realmente en los asuntos ni en las vidas de los demás, quizás porque en el fondo somos unos cobardes, quizás porque nos aburrimos con facilidad.

Mañana se acaba el plazo oficial cedido por Negoción para usar su cuarto, plazo que yo pensaba respetar a raja tabla. Os transmito las palabras de algunos de nuestros queridos personajes a este respecto.

JONPOLLÓN: Yo no quiero que te vayas.

VEGANÓN: Si te quedas en La Casa Inclinada no hace falta que pagues, puedes ser nuestro esclavo. Es broma, quédate por favor, te acondicionamos el segundo salón.

SEÑOR PRIMIGENIO: Eres un fiera tío, tú tienes que estar aquí.

SEÑOR GAFAS (pareja de Cuevona): Eres una pieza clave de esta casa.

NEGOCIÓN: Joder tío, te los has ganado a todos. Yo tampoco quiero que te vayas, si hace falta te quedas en mi habitación más tiempo. Compartir mi habitación no es lo que más me gusta del mundo, pero bueno, todos te queremos aquí.

Sí, me han dicho cosas bonitas y yo las he escrito en mi blog, creo que eso me convierte en un narcisista de puta madre. Pero no, no pensemos así. Yo soy un simple cronista. Ellos dicen cosas, yo las escribo. Ellos hacen cosas, yo las cuento. Soy vuestro loco loco cronista y es lo que hay. Yo no hago las reglas.

Que conste que hoy no es la primera vez que menciono al Señor Gafas.

Vamos con un poquito de acción antes de que se me salten las lagrimillas, como alcohólico puedo llorar todo lo que quiera, como samurái ni media.

Ayer hicimos calzoncillada en el salón inclinado.


Yo quería dormir en el salón para no achuchar demasiado a nuestro Negoción, así que planté mi colchón junto al balcón. El sofá es el catre habitual del Señor Primigenio. Jonpollón se apuntó a la movida y a Negoción le pareció la idea del siglo, así que sacó su colchón y lo plantó junto al mío. Cuenta con mi colchón. El Señor Gafas nos sacó la foto. Hablamos un ratillo de nuestras cosas y alteramos un poco las consciencias. Hemos dormido todos más a gusto que San Diós.

Ayer Negoción trajo cosas pendientes de su anterior vivienda, así estaba esta mañana su cuarto.


He recordado con nostalgia aquella vez que lo ordené, allá por el tercer día.

Esta mañana he estado ayudando a Negoción junto con el Señor Golpeador, un colega. El Señor Golpeador y yo hemos hecho punto A punto B durante unas horas. Negoción nos ha pagado con una comida abundante y buena.


Buffet libre, chuletón en el congelador, palabras de amor, qué coño está pasando. No reconozco mi vida. Me dijeron hace un par de semanas que según mi horóscopo, mi nombre tiene que brillar en las estrellas cuando el mes acabe. Avisadme si lo veis. Es broma, no sabéis como me llamo, a lo mejor ni tengo nombre.

Mañana tengo otra entrevista. Seguimos en la trinchera. Saludo nigger inclinado. Bye, bro.

«Si alguna vez la vida
rinde homenaje a tus instintos,
a tus fabuladas argucias
de cazador furtivo,
busca aquel primer gesto
de mujer
que supo hacerse tuyo,
príncipe onírico de locales oscuros
a los que llamas hogar
                reinado
                      u olvido,
y dale honor y reverencia,
pues nada es como se busca
sino como se recibe,
y aunque todo consumo de existencia
presupone la audacia
en que te armas,
la sentencia del tiempo
dejará a la intemperie el rastro
de tus conquistas vanas
                   borrando de memorias
                                        tu leyenda.»
         Javier Asiáin Urtasun

martes, 27 de septiembre de 2016

Día 28 - Chuletón

Esta es mi afición por perderlo todo.
Perder las historias y las palabras,
temblar en el ruido, vivir en la noria,
estar siempre en fase transitoria.

Sentir la lluvia como aguijones
soñar con hogares de lejanos portones.

Vivir en el filo más absoluto,
hacer maravillas con la basura,
beber el deshecho y sentir que disfruto.

Esta es mi afición por perderlo todo.
Perder las historias y las batallas,
sentir el derrumbe como metralla.

Bajo los dedos quebrados,
y aunque tú cantes ahora,
ya todo se está acabando.

Hoy estamos todos aquí gracias a dos héroes que se han sacrificado por el blog. Gracias a ellos tengo tiempo para poder escribirlo, son el Señor Rabino y la Señora Señora. Han decidido sustituirme en las mamonadas de Negoción, ahora mismo están yendo calle abajo calle arriba, que si Negoción está en verde, que si Negoción está en rojo, que si no aceleres tanto, Negoción, que si deja el móvil mientras conduces. Y Negoción: que si me da igual pagar multas, que si este es mi coche y lo conduzco como quiero, que si yo soy el capital, que si la mano negra de Adam Smith vela por mí. Tres salvas por ellos, y también esta entrada.


Nos ahorramos toda la parte en la que digo que ya sé que pensabais que no iba a escribir más, y vosotros os ahorráis la parte en la que me decís lo mucho que me queréis, y me ofrecéis dinero, vuestros números de cuenta y todo eso. Vamos a hablar un poquito de como están las cosas. Sintonicemos la televisión mental. He contratado un canal de documentales.

Imágenes en blanco y negro de una casa inclinada y vacía de gente. Los sofás vacíos del salón, el parqué en cuesta, los muebles viejos, una palmera delante de una puerta, un tocadiscos parado, un pasillo largo y ancho. Se oye una voz en off grave y serena.

VOZ: La situación del exiliado anónimo es muy complicada. Concluyendo el mes de Septiembre, todavía no tiene un sitio donde vivir. Tras haber sido plantado y dejado de lado por unos desconocidos que le ofrecieron una habitación, el exiliado anónimo lamenta su mala suerte y su llanto cuajado se oye a través de las estrellas.

Imágenes del cosmos. Nebulosas de colores, soles imposibles, agujeros negros y asteroides, de fondo el llano de un lobo. Ahora vemos a un desconocido tumbado en una cama, escuchando La oreja de Van Gogh.

VOZ: Esta es la persona que ocupa la habitación que podía haber sido del exiliado anónimo, está muy tranquila.

Cierra los ojos, ven y siéntate cerca, que tus manos me cuentan que te han visto llorar...

VOZ: Y se entretiene gozando de placeres con los que el exiliado anónimo siquiera puede soñar.

El desconocido se incorpora y comienza a leer un libro de Paulo Coelho. Hay una pequeña transición y ahora vemos a Negoción frente a un parquímetro. Llueve y las gotas resbalan por su ropa.

VOZ: Negoción mantiene su promesa, y el derecho cedido al exiliado para usar el cuarto dejará de tener efecto el uno de octubre. Por otra parte, Negoción se ve sin dinero por primera vez en mucho tiempo.

Negoción mete en el parquímetro una moneda de un euro tras rebuscar un rato en sus bolsillos. Hay una transición y vemos al Señor Julina por partida doble, diseñando imágenes y sombreros en su estudio. Transición. El Señor Maquinita cuidando de las tragaperras mientras lee una conocida revista desde el otro lado de un cristal. Transición. Veganón pelando unos tomates. Transición. El Señor Primigenio tocando una bonita canción en el sofá de La Casa Inclinada. Transición. La lluvia rebotando en el cristal de una cafetería. Dentro, un samurái sin espada bebiendo cerveza, apoyado en la barra. Transición. Jonpollón fumando un cigarrillo y abriendo el bar, mientras los taxis pasan a su vera. Transición. El Señor Amanecer comprando comida por los pasillos del Carrefour. Transición. La puerta cerrada de Cuevona, el pasillo en cuesta, el humo de las chimeneas, los tejados de la parte vieja de la gran gran ciudad, las farolas reflejadas en el agua, los turistas huyendo de la lluvia, la palomas volando, los recuerdos deshaciéndose en el aire, esparciéndose hacia las nubes. Los metros que pasan, la gente que sube, la gente que baja, la gente que fuma. Latas de cerveza en los supermercados chinos, pepinos y lechugas en las cestas de una frutería, dos moros jóvenes que le pegan el tirón a una anciana y echan a correr. Tú leyendo estas líneas, yo escribiendo estas líneas. Gente con la cara en blanco y negro. Poco a poco las imágenes se difuminan, se emborronan, y al final solo queda la negrura insondable.


...

De pronto, un hombre tras la barra de un Kebab.


 

Tres personajes de ficción al otro lado.


 

Un concierto.

 

La Señora Ayala dibujada en una pared.

 

VOZ: Este fin de semana, el exiliado recibió la visita de un gran amigo, venido desde muy lejos. Se trataba del Señor Cine.

 

VOZ: Juntos, el exiliado y el Señor Cine juntaron sus pocas monedas para comprarle un regalo a Negoción por su cumpleaños.

 

VOZ: Posteriormente, el exiliado fue a una entrevista de trabajo, después arregló un ordenador y a cambió recibió un chuletón. Bolsillos vacíos y un chuletón en un congelador inclinado.

Salen los créditos mientras un samurái desarmado bebe cerveza y mira por la ventana. Director de fotografía: nadie. Voz en off: nadie. Productor: nadie.

"Yo no hago las reglas"

Alguien apaga la tele.  

Últimamente solo echan serie B.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Día 23 - Jujaneo

NEGOCIÓN: Es como contarle a tu madre cuando empezaste a fumar porros. Tu madre ya imaginaba que la habías liado, pero no se lo habías dicho explícitamente.
SAMURÁI ANÓNIMO: Estoy demasiado borracho para escribir. Estoy un poco pedo, eh, no me van las teclas.
NEGOCIÓN: ¿A qué venía esa metáfora? Ah, sí, estábamos hablando de cuando la liaste.
SAMURÁI ANÓNIMO: Va tío, tenemos un blog que escribir. Piensa que al día nos leen cien personas.
NEGOCIÓN: Yo no tengo un blog, es tu blog. Yo sólo hice un feat, a mí déjame en paz. Vete con tu mierda de mi habitación y déjame dormir. ¿Puedo poner la funda en la mesilla, o también es parte de tu terreno?
SAMURÁI ANÓNIMO: No, la mesilla es tuya, eso lo respeto.
NEGOCIÓN: ¿Y la mesilla de la entrada? Porque veo que está la lata de albóndigas ahí. ¿Puedo dejar ahí cosas?
SAMURÁI ANÓNIMO: En teoría esa mesilla es mía, pero te dejo poner la cartera. Tío, has tirado tu ropa en mi hueco.
NEGOCIÓN: Ah, ¿este es tu hueco?
SAMURÁI ANÓNIMO: Sí tío, este es mi hueco. El tuyo es el que está a la entrada (moviendo ropa de un punto del suelo a otro punto del suelo). Eh, Negoción, no te duermas, que estoy transquibiendo nuestra conversación (Negoción ronca). Tío, ¿estás dormido?

Sí, esta dormido. Está más clavao que un sobre. Increíble, ¿no? Os cuento algunas de las joyitas que nos ha traído Negoción después de tantos días de ausencia.

Joyita número uno: ¿por qué el Señor Sol te ha regalado un vinilo de Eskorbuto? No te lo mereces, no has hecho nada.

Joyita número dos: con ese corte de pelo pareces un niño retrasado.

Joyita número tres: en realidad no eres un samurái, ¿lo sabes, no? Llevas una semana sin una entrevista de trabajo, no eres ningún samurái.

¿Qué le ha llevado a Negoción a decir cosas tan feas? ¿Convivir con dos geeks durante una semana? ¿Celos de mi gran adaptación a la gran gran ciudad y de mi vinilo de Eskorbuto? Sea como sea, yo nunca he leído que los samuráis tuvieran entrevistas de trabajo, así que tranquilos, este tío no sabe de lo que habla. Sé que muchos estaréis pensando: pero que tío tan horrible, que maltratador psicológico. Y sí, en parte tenéis razón. Además me debe dinero. Sí, sí, el tío está a dos velas. Se ha dejado tanta pasta en el jujaneo de Europa del este que se ha quedado seco. ¿Quién lo iba a decir? Negoción debiéndome dinero. Así están las cosas. Los estereotipos se rompen en la Casa Inclinada.

Mirad, hoy no os voy a contar lo que he hecho porque no he hecho nada de provecho. Ya basta de tantas fotos de comida, que si he comido esto, que si he comido lo otro, se acabó. Ya hemos llenado el cupo que internet nos permite. Sin daros cuenta habéis estado siguiendo la dieta de un tío durante más de veinte días. Suficiente.

Venga, va, resumiendo: hemos estado de fiesta, de aquí para allá, bebiendo chupitos de una conocida marca de alcohol. Y mañana es viernes (para vosotros seguramente ya es viernes). El fin de semana es complicado, así que recordadlo. Puede que no haya blog. Un descansito nos sienta fetén. Aún así haré lo posible por darle a la tecla. La expresión darle a la tecla me recuerda a un profesor de la universidad que iba de enrollado y me daba vergüenza ajena. Siento escalofríos al decirla. Darle a la tecla. ¡Uf!

Y sinceramente, no estoy en condiciones de escribir más. Soy humano, estás leyendo una crónica real sobre una persona en situación de inestabilidad. Cuidaos mucho este fin de semana, mirad a los demás a los ojos cuando habléis y manejad los pensamientos como si fueran armas cortantes.

¿Qué les depara el futuro a Negoción y su amigo? ¿Cómo sigue la historia de la Casa Inclinada? Mantente a la espera y lo descubrirás.

¡Chupito inclinado!

jueves, 22 de septiembre de 2016

Día 22 - Pedrata

Ei. ¿Qué tal van esas expectativas? ¿Bien, mal? ¿Confiáis, no confiáis?

Va, vamos a ser sinceros. No ha pasado nada de lo que comenté ayer que iba a pasar. Pero bueno, tampoco hagamos un drama. Pensad que esta es la primera vez os decepciono. ¿En serio es la primera? Que sí, que sí, ya sé que parece increíble, yo también me sorprendo. Pero es la primera, pensadlo un momento.

Primer parón allá por el día nueve. Todos pensábamos que a la vuelta del fin de semana ya me habría cansado de este blog. Y de repente, ¡bum!, día trece, Locura.

Y más tarde aún, día seis. Sí amigos, todos recordamos el día seis. Bua, esto ya se ha muerto. Bua, el día seis es una mierda. Y de repente, ¡bum!, día siete, Fenix. El puto Fenix en llamas en nuestras caras.

Y qué me decís del especial de Negoción. Que si lo ha hecho mejor que tú, que si te ha puesto el listón muy alto... Y de repente, ¡kabúm!, día diecinueve, Interferencias. Bueno, ahora que lo pienso Interferencias no fue tan bueno. De hecho fue una mierda. Os pido perdón por Interferencias, no sé en que estaba pensando con eso de "el carácter se forja los domingos por la tarde". Nosotros queremos filosofía de la buena, de la que hace que te claves filos en el vientre. Eso sí que es potente. Los cursillos de psicología deberían llamarse "como afrontar el horror". Ya basta de eufemismo, señores psicólogos. Que si gestión de las emociones, que sí tratar con la ansiedad, que sí relaciones de pareja sanas. Ya basta, por favor, ya basta. Gestión del horror es lo que la gente está pidiendo, y no os dais cuenta. Si yo fuera psicólogo estaría cubierto de oro. O en la cárcel, probablemente.

En fin, esto es una buena introducción, sí señor. Ahora todo es cuesta abajo, eh. Ya os he decepcionado al principio, para qué disimular.

Acaba de llegar Veganón. Me ha dado un poco de té con limón y he bajado un poco a la tierra. A veces me sorprendo a mí mismo escribiendo esto, eh. No sé, estoy fatal. Le he comentado que una de las bombillas de la lámpara inclinada se ha fundido. ¿Recordáis la lámpara del día dos, no? Esto hoy parece un revival. Vamos a reconstruir una escena cotidiana de La Casa Inclinada, por dar testimonio de como es esto.

RECONSTRUCCIÓN DE UNA ESCENA COTIDIANA EN LA CASA INCLINADA
por dar testimonio de como es esto

Bua, acabo de cambiar de idea y me apetece más hacer un poema.

POEMA DE LA CASA INCLINADA
Acabo de cambiar de idea gente, esto me apetece más

Eh, eh, eh, sí.
Eh, eh, eh, representando.
Dos mil dieciséis. Dos cero uno seis.
Yeah, eh, eh, sí, aquí.
Aquí el samurái inclinado,
eh, aquí, sí,
trayendo la mierda del barrio,
sí, vamos allá.
Está en la calle.

Día veintidós en La Casa Inclinada
empecé a leer este blog y ahora es una pasada.
El tío que lo escribe está como loco
se cree muy outsider y se como los mocos.

Jonpollón no me dejes así
siempre me haces apurar la birra
siempre de un sitio para otro,
eh tío, acaba la birra ya, tenemos prisa.
Jonpollón, piensa un poco en mí,
me fui de casa de papá y mamá
no tengo donde vivir.
No me hagas pegar carteles esta noche, Jonpollón,
quiero descansar y dormir,
y soñar que tengo una zona de confort.
Aunque no todo es tan malo.
Birras y radio mano a mano.

El Señor Primigenio
va de sofá en sofá
es fan de Krahe y es un genio,
duerme en cualquier sitio,
pasa el día rehuyendo el tedio.
Siempre está aprendiendo
cocinando verduritas, es el hombre del milenio.

Y qué me decís de Veganón, eh,
qué me decís.
(la gente eufórica levantando las manos como en Ocho Millas)
Ese tío se alimenta
a base de hortalizas,
nunca come leche o huevo,
él cocina y se organiza.
Y cuando todo va mal
se marca una carta astral.
Te lee el horóscopo o te hace una infusión,
de tila, menta, manzanilla,
o té con limón.

Cuevona siempre está en su cueva,
siempre está en su cueva.
(la gente coreando)
Siempre está en su cueva, siempre está en su cueva.
Siempre está en su cueva, siempre está en su cueva.
Se encontró
un peine con pelos de Negoción
en el refrigerador.
Se olvida de sus cosas y me pide que se las baje en el ascensor.
Samurái, bájame la barik que me la he olvidado.
Bájame la barik que mi mamá me está esperando.

Negoción. Oh, Negoción.
Dónde coño estás Negoción.
Esto se ha ido de las manos,
estoy rapeando en el blog,
marcándome unos versos,
espesos,
traviesos.
Tú hombre de confianza,
asciéndeme a capo, Negoción asciéndeme.
Sabes que soy listo pero poco ambicioso,
sabes que la cago pero intento ser gracioso.
Conduzco tu furgo del punto A al punto B.
Si me echo una lata y se cruza la madera:
me ven, ya no me ven.

TÍPICA TRANSICIÓN PARA DECIR QUE VOLVEMOS AL BLOG
No puedo ser original siempre

Hoy he comido uno de estos.

 

Eran unas tapitas riquísimas que ha hecho el Señor Primigenio. Hamburguesa sobre una base de tomate y aguacate. Mientras la masticaba he salido con Jonpo y hemos ido a una tienda de vinilos.

 

Algún día tendré dinero para comprar vinilos.

Unas cañitas en el jonpobar.


A la tarde he echado currículums y he estado hablando con unos chavales que buscan compañero de piso. ¿Cómo os cuelo este drama así tan de repente? Pues sí, muy pronto me largaré de la inclinada y estas personas dejarán de ser personajes públicos. Que pobrecillos, ¿no? Ya les toca.

Una charla del banco de alimentos, un conciertillo que sin más y me he encontrado con un grupo muy famoso. Los Sick, o los Kitty, o algo así.


De lateo con los Kitty, me han contado movidas de Nueva York en los setenta, que si los garitos eran mejores, que si el aurum valía veinte céntimos. Muy cracks.

Al final nos hemos quedado solos el Señor Maquinita, la Señora Ayala y yo.


Y después me he dado una alegría. Si os soy sincero estoy un poco harto de tanta lenteja, tanto arroz, tanta pasta. Una buena pedrata es lo que mola en la gran gran ciudad. Es una modalidad autóctona de kebab que consiste en meter bien de carne y patatas en un plato. Perdón, pedantes del mundo. Shawarma. Es una modalidad de shawarma. Qué sabana ni qué shawarna. Esto es un kebato hecho y derecho, de toda la vida. Mirad que delicia.

 

La pedrata es escarcha, cerrada y pobre. Escarcha de mis días y de mis noches. Me he pasado, Señor Hernández.

Os diría que mañana viene Negoción pero yo que sé. Ese tío va a su bola, en realidad no le importamos demasiado. No lo necesitamos. Es broma, sí lo necesitamos. Vuelve de una vez.

¡Adiós, gente! ¡Me voy a dormir! ¡Un hifive inclinado!

¡Plas!

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Día 21 - Pelo

 «La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de mis días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
»

Miguel Hernández

Ei. Qué pasa gente. Sí, sigo vivo. Sí, me esfuerzo por comer bien. Hoy he comido medio bote de lentejas. ¿No les has echado nada para condimentar? No, no les he echado nada, qué pesaos. No sé si hoy me voy a poder extender mucho, que el Señor Primigenio esta durmiendo en la cama de al lado y él no tiene la culpa de vivir en la habitación con un loco que cuenta su vida por internet. Por cierto, esta habitación antes era del Señor Primigenio. Qué cosas, ¿no? Ahora es la habitación de Negoción, ese gran ausente. El Señor Primigenio no tiene un colchón hinchable donde dormir. Va de aquí para allá, del sofá a la cama de Negoción, de la cama de Negoción a otra habitación que se quede libre. Es como un conde caído en desgracia que trata de recuperar su título nobiliario.

Veganón se sigue descojonando con mi alimentación, pero él sabe que me esfuerzo. Dice que esas lentejas de bote es mejor pasarlas por agua para quitarles el caldo. Que ese caldo no lleva más que mierda, químicos y cosas así. Que es mejor comprar alimentos bio. He visto esos alimentos en el eje del mal (supermercado) y son caros. No puedo permitirme tanta salud. La salud es cara, gente. Cuando tenga dinero comeré bien. No sé que estoy diciendo, lo más probable es que nunca llegue a tener dinero. Lo mejor es comer mierda, gente, acostumbrar al cuerpo al veneno. Si alguna vez os veis en mi situación agradeceréis haberme hecho caso. Diréis, no me importa comerme esa lata de albóndigas, mi cuerpo está acostumbrado. Seréis como Rasputín, sí, ese místico de la corte de los zares que sobrevivió al cianuro. Dentro de poco los alimentos llevarán veneno, es mejor prepararse. Directamente. Iremos al eje del mal y veremos en las etiquetas: aceitunas con cicuta. Pepinillos con arsénico. Señor Amanecer, ¿es buena idea que me compre esos tranchetes? No tío, que el arsénico no te sienta muy bien, píllate este queso rallado con mercurio, que a tu organismo aún le queda espacio para metales pesados.

Hablando del Señor Amanecer, ha vuelto. ¿Recordáis que se fue muy lejos para ver a su padre y se dejó sus anillos en la inclinada? El que haya dicho sí que se relaje, que eso nunca lo conté. Los auténticos seguidores de la inclinada ya sabíais que no, muy bien. Mirad que anillos más chulos y qué bien quedan en mis manos de pianista.


A mí en realidad me gustaría tener las manos de mi abuelo, curtidas de trabajar la tierra. ¿Pero dónde está la tierra aquí? Yo sólo veo putas calles, cemento y basura. Por eso tengo dedos delicados de porcelana.

EL PÚBLICO: Oye tío, ya es el día veintiuno y esto es un rollo. No te has metido en peleas, has empezado a comer sano. Lo más interesante fueron un par de moros que te intentaron robar el móvil. Tendrían que habértelo robado, pringao, que eres un pringao. Además, ¿cuánto hace que no tienes una entrevista? Pero qué narices haces con tu vida. Ni tienes entrevista, ni aventuras, ni nada.

El AUTOR: Yo al menos no soy la idea abstracta que resume a todo un colectivo de lectores, al menos tengo identidad y voz propia, al menos no soy un concepto ficticio. Y además, mirad que manos de pianista tengo. Si hay algún reproche mirad vuestras manos y comparad.

Por la tarde he estado en el estudio del Señor Julina. Sí, ooootraaaa veeeez. He estado trabajando. Repasando textos, pasando a limpio, retocando. Como os he colado esa de "trabajando", eh. El Señor Julina y yo hemos hecho un trato. Él me corta el pelo y a cambio yo compro y hago la cena. Como no sé cocinar he elegido una receta al azar. Risotto. Es arroz con queso, no puede ser tan difícil. He ido hasta el supermercado de la zona chunga, que está cerca del estudio. Han tardado mucho en encender las farolas y ha habido un momento de muchísima oscuridad que me ha llamado la atención. Como no sabía muy bien qué queso comprar, he comprado tres tipos distintos, pero al Señor Julina no le han gustado, o no cuadraban con su concepto de risotto. Así que hemos usado el queso del Señor Julina. Tampoco le ha gustado el arroz que he traído de casa, que era demasiado largo, me ha dicho. Así que hemos usado el arroz del Señor Julina. Al final yo sólo he puesto una cebolla y unos champiñones. Ya sólo me queda una cebolla. La cebolla sirve para todo pero también aporta cierta monotonía. A lo mejor empiezo a pasar de ella. Por cierto que al final ha cocinado el Señor Julina. Yo he intentado fregar los platos pero hemos acabado usando el fregaplatos del Señor Julina.

En fin, ya basta de hablar de las cosas del Señor Julina. Vamos a lo importante. El corte de pelo. Primero me han metido en una bolsa de plástico.


Después el Señor Julina me ha cortado el pelo.

 

Por último he decidido afeitarme la barba por primera vez en años. Aquí el resultado.


Todo un sexsimbol. Es broma, sigo siendo un zarrapastroso. 

A la vuelta se ha formado una neblina muy interesante. Pasa de vez en cuando. La gran gran ciudad es húmeda. Algunas noches los edificios lejanos quedan atrapados por la blanca bruma. Me he acordado de Devoradores de Cadáveres. Podrían salir de la ría. Caníbales cubiertos de algas.

Voy a causaros expectativas para mañana. Negoción sigue ejerciendo su crueldad desde la distancia y me ha encomendado hacer unos encargos para una conocida marca de alcohol. En concreto tengo que ir a la pequeña y lejana ciudad, y volver en el mismo día. Hola samurái, esta era tu antigua zona de confort. Adiós samurái, vete a la trinchera como la rata que eres y no vuelvas. Nada de saludar a amigos, nada de ver a la familia, mira pero no toques. Sí, sé que vosotros no me haríais eso.

¡Lo bueno es que vuelve Negoción! Y Negoción es sinónimo de aventura. Todo será posible a partir de mañana, volverán los "sal de la puta cama" y los "cómete esta hamburguesa", y los "vete a mi coche a por nosequé", y los "búscate la vida",  y los "no me des un beso de buenas noches", y los "algún día nos vas a hacer de oro", y los "no saldrás de esta habitación hasta que no hayas acabado tu novela", y los "toma esta pistola y protégeme", y los "prueba este hongo", y los "salva a esa anciana", y los "ojalá fuéramos homosexuales para sodomizarnos". En fin, ya lo conocéis.

Hasta pronto, seguidores del bushido. Este guerrero absurdo tiene que descansar. No sé muy bien para qué, supongo que habrá que seguir desperdiciando energía por ahí. Vosotros a lo vuestro y nos vemos por aquí mañana.

Un beso de buenos días con dientes inclinados y aliento de rosas. Muac.

«Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.
»

martes, 20 de septiembre de 2016

Día 20 - Tono

Hola. Ya llevo veinte días aquí. Cuando llevas veinte días metido en algo empiezas a formar parte seria de ese algo. Pronto tendré que dejar la Casa Inclinada, el trato al que llegamos Negoción y yo fue que me quedaba durante un mes. Ese mes se está acabando. Los días vuelan y yo me distraigo con facilidad. Soy capaz de hablar con un mendigo durante diez minutos. Me gusta darles tabaco. Dejarles un cigarrillo a los que duermen en los cajeros. No me siento mejor haciéndolo, ni tampoco soy mejor persona por ello. Es simplemente que me gustan los mendigos y los desgraciados. Supongo que ahora viene cuando explico por qué, pero tampoco sé explicarlo muy bien. Mirad, yo tengo una máxima para entender a las personas, que por cierto es algo que se me da bien, y no me estoy tirando ningún farol. No soy ningún súper hombre, no puedo leer la mente. Pero conozco algunos trucos. Mi máxima es: todo el mundo sufre. Podéis usarla, os la cedo. Cuando discutáis con alguien, recordadla. Todo dios sufre, y normalmente mucho. Y si no están sufriendo ahora, habrán sufrido lo suyo. Y sufrirán. Cuando comprendes esto, las personas son más fáciles. Es fácil tratar con un sufridor. Al sufridor le gustan las palabras amables, al sufridor le gusta que alguien intente entender sus problemas. A lo mejor me estoy fabricando una filosofía muy loca, pero creo que no he dicho nada absurdo. Quizás por eso me gusta los mendigos, son fáciles de entender y es fácil que te entiendan a ti, aunque la mayor parte del tiempo se focalizan en dar pena y pedir dinero. Estoy diciendo lo que he vivido. Historias de enfermedades en la boca que les impiden masticar, historias de viajes epopéyicos durmiendo al raso, historias de robos y abandonos. Siempre me pregunto hasta qué punto son irreales.

Digo mendigo pero quizás no es la palabra adecuada. Espero que se entienda a quien me refiero.

Hace días conocí a un mendigo portugués que me dijo que se moría de hambre y lo acompañé al supermercado para comprarle algo. Cuando estábamos llegando me di cuenta de que mi autobús salía en veinte minutos, así que le di unos pocos euros al mendigo y me marché. El mendigo me prometió que se lo gastaría en comida. Yo quería darte comida, pero no tengo tiempo, le dije. Así que te doy dinero. Haz con él lo que quieras. El viernes lo volví a ver parado en mitad de la acera, mirando el cielo con la boca abierta. No se movía ni una pizca. La gente pasaba al lado suyo, pero él permanecía ahí, mirando el cielo con la boca abierta. Estaba muy drogado.

Recuerdo que cuando era pequeño, una profesora de religión nos dijo: cuando das limosna, no puedes darla con condicionantes. No puedes pedir que no se lo gasten en vino. Si das dinero, permites a la persona ejercer su propia libertad. Aunque la libertad a veces es muy destructiva. Yo soy muy escéptico (siempre lo he sido) con el concepto de libertinaje. O con aquello de "la libertad acaba donde empieza la de los demás". Como si la libertad pudiera pervertirse, como si hubiera formas malas de ejercerla y formas buenas. La libertad es libertad. Punto. Aunque exista la muerte, el horror de la soledad, el daño autoinflingido. Tu puedes usar tu libertad para matar o para dar amor, por ejemplo. De ambas formas se está haciendo uso de ella.

Volviendo: la lluvia ha parado pero por la noche se sigue oyendo el agua. Todas las noches pasan unos limpiadores con mangueras muy potentes y limpian todo el suelo, esté sucio o no. Uno de los temas de los que quería hablar hoy es la higiene en la Casa Inclinada. Para mí es fácil vivir aquí porque sé que mi estancia es temporal, no me importa asumir responsabilidades. Además, siempre me ha costado mucho inmiscuirme demasiado en las cosas, siempre mantengo cierta distancia mental. Me gusta sentirme habitual y extraño, aunque eso signifique estar como una regadera. Eso me permite jugar, aunque quizás es una actitud inmadura. ¿Qué pasa con la higiene? Básicamente, la basura en la inclinada se va acumulando a lo largo del tiempo, hasta que un buen día hay una crisis. Creo que se produce una crisis cada diez días, aproximadamente. Yo llevo veinte días aquí y he vivido dos crisis. Sospecho que poco antes de llegar yo hubo una. Por estadística. Cuando hay una crisis de limpieza todo son idas y venidas por el pasillo, todos cogemos escobas y herramientas similares y nos ponemos a limpiar, ordenar, fregar platos. A la mañana he intentado fregar platos pero Jonpollón me ha llevado a la radio.

Vuestros muchachos en las ondas.


Hemos ido para hablar de un festival de música que organiza Jonpollón. Por cierto que me ha invitado a dos cañas y medio sándwich. Esa ha sido mi comida para todo el día. No he comido absolutamente nada más. Aunque me he echado un aurum a media tarde.


La verdad es que coma o no coma, siempre tengo hambre. No he comido nada más por falta de tiempo, básicamente. He pegado todos los carteles. Ya no me quedan. Culpa del Señor Maquinita que me dijo que los pegara de una vez, que tenía ganas de que escribiera sobre otras cosas. He ido a poner carteles a la universidad privada de la gran gran ciudad. Las imágenes de santos me hacen sentir incómodo. La gente estaba muy limpia. Los chavales y las chavalas iban muy arreglados. Camisetas que se veía a la legua que era el primer día que se usaban.


Pero el sitio es bonito. Las instituciones con malas connotaciones intelectuales suelen justificarse en el orden y la limpieza.

Por la noche el Señor Julina me ha invitado al cine. A ver una peli muy rara sobre un grupo de música que yo, personalmente, no conocía. Llamadme inculto. Por lo visto fue un grupo conocidillo en los años sesenta. Debió caer en el olvido porque no he oído nada de ellos nunca hasta hoy.


Y ahora estoy aquí escribiendo y mis ojos se están cerrando. Echo de menos a mi familia y a mis amigos de la pequeña y lejana ciudad. Luchar está bien pero cansa, aún así seguiremos en la brecha. No quería decirlo pero he aguantado desde el jueves con cuatro euros. Soy pobre, sí, qué pasa. Vivo bajo el umbral de la pobreza, esto me lo dijo Sr. Julina. Me voy a dormir.

¡Abrazos e inclinaciones!

lunes, 19 de septiembre de 2016

Día 19 - Interferencias

«El carácter se forja los domingos por la tarde.»
Ramón Eder

Perdón por no escribir ayer, pero había problemas técnicos. Me ha costado mucho arreglarlos pero ya está hecho. Un tal Negoción estaba interfiriendo las conexiones. De nada.

Feliz lunes a todos. Para mí todavía es domingo. Imagino que para todos vosotros ya será lunes. Qué rabia da que te deseen un feliz lunes. El lunes sirve como bandera para muchos aspectos de la vida, y ninguno es bueno. El lunes es horrible pero los domingos por la tarde también son bastante malos. Para mí están llenos de angustia y preocupación. La inactividad del domingo por la tarde sólo deja sitio para una cosa, para pensar en el futuro próximo. Y cuando tu futuro próximo es incierto, pensar en él no suele ser divertido. Pero la incertidumbre también tiene aspectos positivos. Es una oportunidad para hacer lo que te de la gana. Por ejemplo, yo sé que mañana no voy a tener que ir a trabajar a un sitio que aborrezca. Me voy a sentar en el salón inclinado con mi cafeto premium a buscar ofertas de trabajo que me parezcan interesantes. Sé que en esta semana venidera me va a tocar pringar, eso está claro. Pero el trabajo y el esfuerzo también son divertidos, según como se ordenen sus vicisitudes.

Así que personalmente, y corriendo el riesgo de daros mucho asco, os diré que tengo ganas de que sea lunes. Por ver qué pasa en La Casa Inclinada, más que nada. Estoy a vuestro nivel en ese aspecto, quiero decir, a mí también me maravilla lo que pasa aquí, el ir y venir de los satélites, las aventuras de los inclinados, las nuevas y viejas incorporaciones.

Algunos ejemplos rápidos:

El otro día Veganón encontró una alfombra en la basura. Le gustó mucho. Nos preguntó al Señor Primigenio y a un servidor sobre si era buena idea cogerla. Se habló un poco pero al final todo acabó en un "por qué no". La cogió. Yo tuve la habilidad de meterla antes en una caja, por si tenía mierda. ¿Por qué habrían tirado la alfombra? Ese fue un gran debate en el trayecto hasta casa. ¿Chinches? ¿Mierda? ¿Pis de perro? Veganón la metió a la lavadora y ahora está tendida en el balcón del salón inclinado.

Hoy he llegado a casa después de un paseo. Había recibido un mensaje de Jonpollón en el que avisaba de que iba a ocupar el salón con unos amigos. He entrado en la inclinada y he echado un vistazo. Ha sido increíble. Todos los colegas de Jonpollón se parecen mucho a Jonpollón. Estaban sentados en círculo en el salón, aparentemente hablando de asuntos importantes. Era como tener a ocho jonpollones discutiendo entre sí. Pero no sólo en el aspecto. Barbitas recortadas, peinados chulos. También en el tono de voz. Grave, sentencioso, alegre. Se lo he comentado a Cuevona y ha debido estar de acuerdo porque se ha reído y me ha dicho: escribe sobre eso.

El otro día llovía, y el Señor Primigenio se hizo un turbante para resguardar su cabeza. Fue con él a lo largo de media ciudad.

Ayer llegaron Veganón y el Señor Primigenio de fiesta y me encontraron en la cocina comiendo una lata de atún a cucharadas. Se descojonaron de mí.

En fin, sigamos con esto, aunque tengo un hambre de escándalo y es difícil escribir así. Voy a cocinar y sigo luego. Para mí la ardua tarea de cocinar algo que no sea basura, para vosotros el baladí de mover los ojos hacia las palabras venideras.

Bien, estomago lleno. Mientras se hacía el arroz me he echado un piti en el balcón del salón y tengo que decir que las noches en esta ciudad son bonitas. Las calles llevan un tiempo mojadas y me encanta como se reflejan las farolas en la acera.


Espero que nadie se pregunte por qué las fotos no tienen más calidad. De hecho espero que ese asunto ni siquiera le preocupe a nadie. Últimamente llueve mucho. Ha estado lloviendo casi ininterrumpidamente durante cuatro o cinco días. Algunas noches al abrir la ventana se oía el agua corriendo por las alcantarillas. Como si un río recorriera las calles. El sonido de las gotas también ha estado muy presente. Las gotas rebotando en los toldos. Las gotas rebotando en los contenedores. Las gotas rebotando en mi chubasquero. Tanto que ayer me puse un poco malo. Estornudos, mocos, dolor de cabeza. Cuevona me dio una infusión especial para el resfriado. Mis amigos ibuprofeno y flumil también me echaron una mano. Hoy he dormido doce horas y me he despertado como nuevo.

Ah, queréis saber que he hecho este fin de semana. Bueno, os cuento algunos extractos interesantes. Fui a la inauguración de una exposición de arte.


Al final no bebí mucho vino porque la verdad es que me sienta fatal. Lo que de verdad me sienta fenómeno es la birra. Aurum. Eso sí lo bebí. La expo estuvo genial y me encantó. Os traigo dos obras, una de cada autor. Espero que os gusten, aunque mi cámara no les hace justicia.



Por la noche cené en un sitio donde el Señor Julina es habitual. Se trata del famoso chino chino, también llamado chino clandeschino. No era la primera vez que iba. Es un restaurante situado en una bajera sin ventanas con una tele en la pared y un armario sobre el cual hay todo tipo de trastos. En la fachada no hay señalización de ningún tipo, sólo hay una puerta abierta. Qué les costará poner un letrero. "CHINO CHINO". La comida es auténticamente china. Es un restaurante chino para chinos. Si alguien pensaba que en el país del sol naciente se ponían moraos a base de rollitos de primavera, va a ser que no.


De izquierda a derecha: Señor Calle, Señor Rabino, Señor Julina, Señor Goliath y Señor Julina.

Esa noche fue divertida porque conocí a dos individuos interesantes. Uno de ellos me dijo algunas cosas acerca de este blog. Paso a enumerarlas.

Cosa número uno. La Casa Inclinada es una casa de taberneros y vividores.

Cosa número dos. Mucho jiji jaja pero pones una foto del sitio donde se suicida la peña.

Cosa número tres. ¿Cómo haces para tener intimidad en ese sitio?

Cosa número cuatro. Pareces un tío normal, yo imaginaba a un loco eufórico, yo imaginaba a Josu el de Eskorbuto.

La persona que dijo esas frases se llamaba Señor Black y se negó a ser fotografiado. Su amigo se llamaba Señor Pink, aquí una conversación que tuve con él:

PINK: Prueba mi cubata. 
YO: (Le doy un sorbo a la copa del Señor Pink. Tío, que igual tenía droga. Nada, confío).
PINK: ¿Qué te ha parecido?
YO: Está buenísimo.
PINK: Pues es una bebida de súper maricones.
YO: ¿Ah, sí? Pues está rico, ¿qué lleva?
PINK: Qué más da. Es una bebida súper gay de la muerte y a ti te ha gustado.
YO: Ya, y qué pasa.
PINK: ¿No te asusta el hecho de que te haya gustado una bebida de súper maricones?
YO: Pues no, ¿qué me tiene que asustar? No entiendo la relación, está cojonuda tu copa.
PINK: ¡Ay chico, qué difícil eres de violentar! ¡Siéntete un poco violento, al menos!

Como veis, salí triunfante de una encerrona rara sobre orientaciones sexuales. A qué mola. Me voy adaptando a la gran gran ciudad. Tanto el Señor Pink como el Señor Black estaban muy empeñados en que alterara un poco más mi consciencia junto a ellos, pero me resistí porque no quería tener una resaca de dos días. Esa noche terminó en el jonpollonbar, de donde rescato una conversación fugaz que tuve con una chica.

CHICA: Dejo esta cerveza aquí, no la cojas, ¿vale?
SAMURÁI: Tengo una tendencia muy fuerte a coger cervezas que no son mías, pero lucharé contra ella.
CHICA: (sin sorprenderse por mi ironía) Más te vale que lo hagas, ¿seguro que podrás, no?
SAMURÁI: Por supuesto, se me da muy bien reprimir aspectos de mi personalidad. Sé como mantener al monstruo dentro.
CHICA: (de nuevo sin sorprenderse lo más mínimo) A ver si es verdad.

(Pasan diez minutos)

CHICA: ¿El monstruo sigue dentro?
SAMURÁI: Encerrado a cal y canto.

(Samurái guiña un ojo. Chica sonríe. Samurái se siente como si fuera Jonpollón.)

El sábado por la mañana llegó un paquete del Señor Sol desde la lejana y pequeña ciudad.


Esta foto significa felicidad y fuerza.

Fui a comer a un espacio autogestionado. Lo mejor de la autogestión es la comida. Todo era vegano. Veganón se puso muy contento. Se come muy barato y hay buen rollo.

 

De izquierda a derecha: Jonpollón, Señor Primigenio y Veganón.

Y hasta aquí, porque el sábado por la noche hice cosas de persona normal y hoy he estado paseando por ahí como un perro abandonado. No se me ha acercado ningún yonqui, ni me han pedido drogas, ni me han contado historias locas de vagabundos, ni nada de nada. Aunque el sábado me crucé con uno de los tíos que me intentó robar y nos saludamos.

En fin, espero que os hayan gustado estas pequeñas vivencias. Al final tuve que limpiar nuestra lata de albóndigas porque Jonpollón estuvo a punto de tirarla. Me corté limpiándola. Soy un inútil.

Os deseo lo mejor para esta nueva semana y veremos que nos depara. ¡Fuerza e inclinación! ¡Adiós!

viernes, 16 de septiembre de 2016

ESPECIAL: Feat (N3g0o0oxIIoN xXx 3l N|||NN|||0) - Les V<<<[<<<[||||ON33$

Suenan unos subwoofers muy gordos y largos, de estos que notas en el pecho. Luces desde el escenario iluminan las pupilas dilatadas de miles de personas, una negra sale y grita "eeeeeoooo". La gente aclama, se vuelve loca, se caen carteras y tarjetas, amigos pierden de vista a sus amigos. Hay gente que no respira y sudores de otras personas en el ambiente. Cosas de la masificación. Dos figuras en el escenario, una alta y flaca, otra bajita y gorda. Toshiro Mifune y Benjamin Franklin en los visuales. El público lleva un día esperando a este momento. La locura se desata. Esta noche se van a concebir nuevas vidas.

Aquí Negocion desde un lejano y loco país. Hoy me toca escribir a mí esta movida del samurái, no se muy bien por qué, este pavo siempre lleva todo al extremo y supongo que ya era necesario hacer un feat. Creo que se me ha ido un poco con el opening, aun así espero que esta entrada os ayude a concebir nuevas vidas, o al menos a tener un coito en esta noche de viernes. Y nada, mucha jeta el Niño, ¿no? "Oye que quiero xuxaneo y no voy a escribir, haz un publireportaje de tu semana de vacaciones". Deja el puto jujaneo y encuentra un curro y un sitio donde vivir que estamos a día 16 y esta movida no te va a dar de comer. ¡Espabila y céntrate de una vez que tienes ya una edad, chaval!

Bueno, que eso, que me toca escribir la vaina esta. Redactando en una pequeña y bonita ciudad del lejano y raro país. Hoy hemos cogido nuestro vehículo para adentrarnos en el deep país después de unos días en la muy grande y loca ciudad.



He pensado que como mi pluma (mis dedos, que coño hablo) no es tan grácil con las palabras como la del Niño, va haber mucha foto para así rellenar bien de espacio y no tener que escribir mucho. Sí, como en los libros infantiles, esa es la idea.


 

Paso a introducir a dos satélites que me acompañan, Señor Numeritos y Señor Chispas, los dos viven en la pequeña y lejana ciudad, y los dos se dedican como a movidas de tecnología y ordenadores y cosas así. Hay veces que se ponen hablar de números y chispas y yo me quedo con cara de idiota, pregunto, me explican, dejo de escuchar... Es una relación compleja cuando hablan de chispas y números. Por lo demás son compañeros muy tranquilos de viaje que evitan que conozca la comisaría local o los centros de masaje del lejano país. Y las cosas de números y chispas vienen bien.



De izquierda a derecha, Señor Chispas y Señor Numeritos. Ahora voy a poner unas fotos de por aquí.



En la muy grande y loca ciudad vimos muchas cosas, incluida una mujer quemada a cuerpo entero, también entrepierna. El recuerdo es bastante vívido y horrible. No foto, una pena. Estuvimos en un mercado loco, nos decían que era el más grande entre este sitio y los países de alrededor, abajo fotos. Tenemos pocas porque nos miraban mal, true guiris sacando fotos a un mercadillo. Somos bastante guiris en este país, se nos nota a la legua. Entre la mariconera del Señor Chispas, el blanco de la piel del Señor Numeritos, y que hablamos nuestro idioma a gritos... Aunque eso es algo inherente a nuestra lengua, creo.

 

 

Ah, en la muy grande y loca ciudad también nos montamos en un trolebús. ¿Qué es eso de trolebús? Pues más o menos lo que saldría si un autobús y un tranvía hicieran una cópula y tuvieran un hijo bastardo.


Es un sistema de transporte público muy guapo, no se si eficiente, juraría que no, o por lo menos parece desfasado, pero me parece guapísimo, parece que se va a soltar de los cables todo el rato. El caso es que uno de los días dimos un rodeo para pillar uno porque yo quería. Al final la sensación es muy parecida a la de un autobús normal, pero como más viejo y con menos ruido.


No he hablado de la comida, en general bien. Como el Señor Chispas, el Señor Numeritos y yo trabajamos, podemos comer todo lo que queremos, barato, y la.comida local está bien. Menos hoy, que hemos comido en un pequeño y turístico pueblo que ha sido un poco fiasco, salvo por una movida con panes de yogur que estaba bueno.


Creo que esto empieza a ser aburrido, de hecho no creo que hayáis llegado hasta aquí. Este feat es una mierda, estaréis pensando. A mí que me importan las vacaciones de Negoción. Por qué coño este capítulo de relleno. Yo quiero mi mierda de todos los días, a ese tío flaco y desequilibrado contando su mierda de vida. ¿Dónde esta la supervivencia aquí? ¡Son unos burgueses de vacaciones! Joder, aquí no hay nadie enfrentándose a la vida real, solo una puta entrada de un blog de viajes cutre.

Pues sí, tenéis razón, pero os jodéis. El niño y yo hacemos lo que nos sale y nos la trae al pairo.

Ah, ayer estuvimos en sitios muy turísticos de este país, parecía pura Corea traída aquí, como ir un domingo a la playa de la gran gran ciudad. Éramos unos coreanos más. Me he comprado un churroloco y nos lo hemos comido. También refrescos locos del país.

 

 

Iba a acabar pero repasando desde el coche he decidido sumar algo, hoy por fin tenemos aventuras. Hemos cogido el coche y no sabemos donde dormiremos, ya era hora. Ahora mismo estoy escribiendo desde la parte de atrás del coche y estamos en una camino de tierra yendo a ver una movida pérdida en mitad del país, esperemos que sea un poco menos Corea que lo de ayer. Hemos pasado el pueblo más true, con más caballos y cosas típicas del true país, chabolas y casas de madera. Y mañana por fin xuxaneamos, que parece que casi ya no soy alcohólico, llevo una semana sin jujaneo loco. Así que mañana el objetivo es llevar a Sr. Chispas y Sr. Numeritos hasta el coma etílico y dejarlos en un centro de masaje

Bueno, eso es todo por aquí, sudo de escribir más, os pongo unas fotos más y dejadme tranquilo. Que esta es la movida del niño y al final siempre hay que hacer lo que él quiere.

Besis,
Negoción.