martes, 27 de septiembre de 2016

Día 28 - Chuletón

Esta es mi afición por perderlo todo.
Perder las historias y las palabras,
temblar en el ruido, vivir en la noria,
estar siempre en fase transitoria.

Sentir la lluvia como aguijones
soñar con hogares de lejanos portones.

Vivir en el filo más absoluto,
hacer maravillas con la basura,
beber el deshecho y sentir que disfruto.

Esta es mi afición por perderlo todo.
Perder las historias y las batallas,
sentir el derrumbe como metralla.

Bajo los dedos quebrados,
y aunque tú cantes ahora,
ya todo se está acabando.

Hoy estamos todos aquí gracias a dos héroes que se han sacrificado por el blog. Gracias a ellos tengo tiempo para poder escribirlo, son el Señor Rabino y la Señora Señora. Han decidido sustituirme en las mamonadas de Negoción, ahora mismo están yendo calle abajo calle arriba, que si Negoción está en verde, que si Negoción está en rojo, que si no aceleres tanto, Negoción, que si deja el móvil mientras conduces. Y Negoción: que si me da igual pagar multas, que si este es mi coche y lo conduzco como quiero, que si yo soy el capital, que si la mano negra de Adam Smith vela por mí. Tres salvas por ellos, y también esta entrada.


Nos ahorramos toda la parte en la que digo que ya sé que pensabais que no iba a escribir más, y vosotros os ahorráis la parte en la que me decís lo mucho que me queréis, y me ofrecéis dinero, vuestros números de cuenta y todo eso. Vamos a hablar un poquito de como están las cosas. Sintonicemos la televisión mental. He contratado un canal de documentales.

Imágenes en blanco y negro de una casa inclinada y vacía de gente. Los sofás vacíos del salón, el parqué en cuesta, los muebles viejos, una palmera delante de una puerta, un tocadiscos parado, un pasillo largo y ancho. Se oye una voz en off grave y serena.

VOZ: La situación del exiliado anónimo es muy complicada. Concluyendo el mes de Septiembre, todavía no tiene un sitio donde vivir. Tras haber sido plantado y dejado de lado por unos desconocidos que le ofrecieron una habitación, el exiliado anónimo lamenta su mala suerte y su llanto cuajado se oye a través de las estrellas.

Imágenes del cosmos. Nebulosas de colores, soles imposibles, agujeros negros y asteroides, de fondo el llano de un lobo. Ahora vemos a un desconocido tumbado en una cama, escuchando La oreja de Van Gogh.

VOZ: Esta es la persona que ocupa la habitación que podía haber sido del exiliado anónimo, está muy tranquila.

Cierra los ojos, ven y siéntate cerca, que tus manos me cuentan que te han visto llorar...

VOZ: Y se entretiene gozando de placeres con los que el exiliado anónimo siquiera puede soñar.

El desconocido se incorpora y comienza a leer un libro de Paulo Coelho. Hay una pequeña transición y ahora vemos a Negoción frente a un parquímetro. Llueve y las gotas resbalan por su ropa.

VOZ: Negoción mantiene su promesa, y el derecho cedido al exiliado para usar el cuarto dejará de tener efecto el uno de octubre. Por otra parte, Negoción se ve sin dinero por primera vez en mucho tiempo.

Negoción mete en el parquímetro una moneda de un euro tras rebuscar un rato en sus bolsillos. Hay una transición y vemos al Señor Julina por partida doble, diseñando imágenes y sombreros en su estudio. Transición. El Señor Maquinita cuidando de las tragaperras mientras lee una conocida revista desde el otro lado de un cristal. Transición. Veganón pelando unos tomates. Transición. El Señor Primigenio tocando una bonita canción en el sofá de La Casa Inclinada. Transición. La lluvia rebotando en el cristal de una cafetería. Dentro, un samurái sin espada bebiendo cerveza, apoyado en la barra. Transición. Jonpollón fumando un cigarrillo y abriendo el bar, mientras los taxis pasan a su vera. Transición. El Señor Amanecer comprando comida por los pasillos del Carrefour. Transición. La puerta cerrada de Cuevona, el pasillo en cuesta, el humo de las chimeneas, los tejados de la parte vieja de la gran gran ciudad, las farolas reflejadas en el agua, los turistas huyendo de la lluvia, la palomas volando, los recuerdos deshaciéndose en el aire, esparciéndose hacia las nubes. Los metros que pasan, la gente que sube, la gente que baja, la gente que fuma. Latas de cerveza en los supermercados chinos, pepinos y lechugas en las cestas de una frutería, dos moros jóvenes que le pegan el tirón a una anciana y echan a correr. Tú leyendo estas líneas, yo escribiendo estas líneas. Gente con la cara en blanco y negro. Poco a poco las imágenes se difuminan, se emborronan, y al final solo queda la negrura insondable.


...

De pronto, un hombre tras la barra de un Kebab.


 

Tres personajes de ficción al otro lado.


 

Un concierto.

 

La Señora Ayala dibujada en una pared.

 

VOZ: Este fin de semana, el exiliado recibió la visita de un gran amigo, venido desde muy lejos. Se trataba del Señor Cine.

 

VOZ: Juntos, el exiliado y el Señor Cine juntaron sus pocas monedas para comprarle un regalo a Negoción por su cumpleaños.

 

VOZ: Posteriormente, el exiliado fue a una entrevista de trabajo, después arregló un ordenador y a cambió recibió un chuletón. Bolsillos vacíos y un chuletón en un congelador inclinado.

Salen los créditos mientras un samurái desarmado bebe cerveza y mira por la ventana. Director de fotografía: nadie. Voz en off: nadie. Productor: nadie.

"Yo no hago las reglas"

Alguien apaga la tele.  

Últimamente solo echan serie B.

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